10 de mayo de 2007

Toast modernista

Brindo, en primer lugar, por la clavícula.
Número dos: por las importaciones
y ultramarinos de bodega y mesa.
Número tres: por la crueldad, la saña

y el olor de la imprenta y el consuelo
del éter y los álamos asiduos
del parque abandonado y los faroles
a medio gas y las pestañas falsas.

Brindo por mí: por lo que digo ser,
por la gloria diabólica o divina
de hallarme a todas horas en el mundo

fingiéndome distante, ajeno, incierto
pero en verdad sabiéndome corpóreo
y adicto, cuando mucho, a los esdrújulos.


(Acabo de publicar este "Toast modernista" en el número 145 de la revista Tierra Adentro.)

4 comentarios:

porfirio hernández dijo...

Celebro el poema, muy en tu estilo, antisolemne, juguetón. Lástima que los poemas de otros, incluidos en la revista, no tengan la misma altura de poesía.

James Nuño dijo...

hacía rato no me paseaba por acá. es grato leerte de nuevo. saludos.

alonso ruvalcaba dijo...

qué chingonería de poema. lo acabo de leer en el anuario de poesía de 2007 y tuve que salir a buscarte. saludos.

Luis Vicente de Aguinaga dijo...

¡Gracias, Alonso! A la orden.