7 de diciembre de 2006

Cuatro poemas en RevistAtlántica

CUESTIÓN DE SIGLOS
Largo es el arte; la vida en cambio corta
como un cuchillo.

ÁNGEL GONZÁLEZ

Larga es la muerte. La vida, en cambio, corta
los extremos del cuerpo al que nos aferramos.

Puede tratarse, para ti, de tu cuerpo.
Puede tratarse, para él, del suyo.
Es tu cuerpo, en mi caso, al que me aferro
y doy por ido el mío, por ausente.

Dura siglos la muerte. Llevan siglos muertos
los que al principio vivieron en el mundo.

Puede tratarse, para ti, de siglos remotísimos.
Puede tratarse, para él, de siglos terminados.
Para mí, cada minuto se termina un siglo
que había comenzado, hace un siglo, apenas un minuto
después del anterior. Un siglo

acaba de cumplirse ahora: miro mi cuerpo
y, aunque me acerco al tuyo, no consigo tocarlo.



HORA DE ADMITIRLO

Un tiempo me gustaron. Más tarde,
porque las cosas cambian
y hasta lo propio esconde algo imprevisto,
di en olvidar
empezando por sus nombres.
(Un tiempo así
creí saberlo:
decimos que se tiene
un nombre. Decimos
o dices
que por llamarnos de algún modo,
por llamarme
tú a mí
por más que no haga caso, lo dices,
lo decimos.)
Un tiempo
creí ser otra cosa, y enseguida
lo fui sin darme cuenta, y enseguida.

Buen tiempo aquél,
y no poco. Lo mucho
que pudieron gustarme.



MEDIAS HORAS
a mi padre


[03:30]
No mires el reloj. No busques números.
Los minutos, de noche, no se cuentan.
El total de sumarlos es un ocho:
un ojo sin cerrar y el otro abierto.
Dos ruedas que se juntan en la cara.



[07:30]
No sé cómo se llame.
Nada sabe de mí.
Llega cantando.
Recoge la basura.
Se va cantando.



[18:30]
Horas que duran media hora:
una mitad que no es bastante,
otra mitad que las excede.
Yo paso el tiempo en las que no se cumplen:
de tanto no llegar, llega la noche.



[00:30]
Heme aquí por un tiempo.
Salud, temporalmente.
No me tardo. Ayer
está lloviendo. Tanto
que todavía.



[06:30]
Lluvias del este: lluvias de reflejos.
Los caminos del rayo se bifurcan,
dudan entre la noche y el presente.
Asombro del amanecer
y de haberlo esperado.



SONETO DE LA ESPERA

Urgen constancias, actas, credenciales,
cuatro fotos tamaño pasaporte,
un discurso en favor de los discursos
y la fecha, y la firma, y dos testigos.

Úrgenme, desde ahora, otras dos manos,
tres pies, un gato, un dios que no se burle
ni de mí, que no sé, ni de quien sepa
cuánto tarda en cruzar un cuervo el cielo.

Tanto tiempo que dura una jornada
laborable, o labriega, o laboriosa,
y uno sin alcanzar la ventanilla

donde quizá le informen, de haber suerte,
cuánto tarda un minuto en ser un año,
cuánto tarda uno mismo en ya no serlo.



(Dedicado a la poesía mexicana y coordinado por Gilberto Prado Galán, el número 30 de la gaditana RevistAtlántica se presentó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el pasado jueves 30 de noviembre. Mis cuatro poemas aparecen entre la página 149 y la 152. He corregido un error tipográfico e introducido algunos ligeros cambios en dos de los poemas.)