12 de abril de 2005

Tres poemas en Pauta

LONG WAY FROM HOME

Si no se puede hacer poemas
con sólo una palabra, peor
para el poema. Si

no es posible hacer música
con una sola nota, peor
para la música. Buddy

Guy (A Tribute to
Stevie Ray Vaughan)
se queda
quieto, así, de pronto, en una

sola nota. El resto
es música. El resto —ir,
desembocar, articularse,

congeniar: el tránsito,
la transición, la transigencia—
es música.




LO QUE SUENA EN LAS FLAUTAS

Dónde suenan las flautas, me pregunto.
Lo que suena en las flautas
dónde suena.

Contemos hasta diez y preguntémonos:
dónde suenan los onces, las docenas,

los cuerpos de violines en la sombra;
equipos de metales vibratorios
y demás clarinetes o timbales:

dónde suena
lo que viene ahuecándolos, adentro,

lo que vuelve a la flauta
el hueso —el músculo—
que rodea y aprieta el nervio indemostrable.

Dejemos de contar. No preguntemos
lo que suena en el cielo
dónde suena:

nubes de irrepetible consistencia
que sin embargo se repiten,
rachas de viento que las cruzan
y las desvanecen.

Que nada más las flautas lo adivinen.




DISCURSO AL BICHO

The insect far and near
J. J. Cale

No por tenerme cerca
te volverás más grande,
insecto diminuto
y asesino.

No por tenerme cerca
tus antenas darán lugar a brazos
ni se convertirá tu pata séxtuple y aguda
en el pie con que sueñas aplastarme.

Mira la mano que te pongo encima:
contengo en ella, deteniéndola,
un mundo que no quiere sostenerme
y que puede borrarte de sí mismo,
destruyéndote.

Tú me conoces de hace tiempo.
Al cerrar las cortinas
y al barrer tras los muebles
y al sacar de un cajón el suéter de mi adolescencia
yo, por lo menos, he presentido tu ponzoña
y he sabido por ti lo que ignoro de otros.

Mira, insecto: veo pasar a la gente
como me ves tú a mí, sin observarme
pero desconfiando.
Yo mismo veo a los niños en la esquina
y pienso que me llaman, aunque sé que de lejos
me han supuesto más joven, más menudo,
y no por estar cerca
me volveré más grande para ellos.

Conserva tus venenos milimétricos.
Deja que yo persista en mi estatura
de cazador amenazado.
La mano que oscurece tu camino
es en verdad la misma,
la mía,
con que yo atraigo al mundo
y lo rechazo.



(Poemas aparecidos en el número 91 de la revista Pauta, correspondiente a los meses de julio-septiembre de 2004.)