El pasado 25 de diciembre apareció, en la serie o "antología" llamada
#100peorespoemasmexicanos, a cargo del poeta Mario Bojórquez, un poema titulado "La consentida del barrio", escrito por (o atribuido a) un poeta de nombre Daniel de Juanes. El poema es efectivamente malo, dicho sea desde un principio, y no es en todo caso el sitio que ocupe o deje de ocupar en dicha muestra lo que aquí se busca discutir. Se trata de un soneto de procacidad tan intencional que apenas podría divertir a nadie, menos aún escandalizarlo. Baste con señalar que la menos indigente de sus cualidades, en caso de que pueda emplearse aquí el sustantivo "cualidad", es el acopio de sinónimos de pene, que acaso logre sonrojar a una o dos monjas o motivar una sonrisa en quien recuerde, con su lectura, los tiempos idos de la escuela primaria y el placer infantil de repetir sin motivo alguno las famosas malas palabras. El texto, en todo caso,
puede leerse aquí.
Además del poema, el
blog administrado por Bojórquez incluyó una fotografía que, dado el contexto, debe interpretarse como el retrato de Daniel de Juanes. Ahora bien, quien observe la foto con detenimiento podrá observar que se lee al calce: "Photo: Mark Coatsworth". El trabajo de Coatsworth, fotógrafo canadiense, puede rastrearse por Internet con suma facilidad. Quien se tome la molestia de
googlear a Coatsworth advertirá de inmediato que su especialidad son las fotos de músicos, particularmente rockeros. De ahí a descubrir que "Daniel de Juanes", el de la foto que antecede a su poema, es en realidad un punk de nombre artístico
Destroyer media un simple paso.
Una cosa es verdad: el falso Daniel de Juanes, o sea Destroyer, es un hombre apuesto. El verdadero Daniel de Juanes debe ser considerablemente menos agraciado. Es una conjetura fácil de sustentar: si Daniel de Juanes fuera más guapo que Destroyer, podría entenderse que Bojórquez eligió la foto para molestar al poeta; si Daniel de Juanes fuera tan apuesto como Destroyer, pero distinto, Bojórquez nada más estaría confundiendo a uno con el otro. Pero ni el error ni el deseo de molestar son imputables a Bojórquez, quien ha jurado que detrás de su "antología" no está la mala intención, sino el rigor crítico ("El ingrediente de la maledicencia, el golpe bajo de la crítica que atropella los esfuerzos estéticos de un grupo o de un autor específico, es una motivación que no asume este trabajo necesario", ha escrito el responsable de la selección). Luego, suponer que Bojórquez cometió un error o se limitó a fastidiar a otro poeta es poco menos que una blasfemia.
La otra posibilidad es que Daniel de Juanes no exista. Bojórquez, decepcionado por tan literal
muerte del autor, habría buscado en la red hasta encontrar en las facciones del rockero canadiense una compensación para semejante vacío. Ello, sin embargo, implicaría otra enojosa blasfemia: la muestra de cien mediocres o malos o pésimos
poemas mexicanos también sería una muestra de
poetas, interpretación posible contra la cual Bojórquez mismo se ha manifestado. Pero si
#100peorespoemasmexicanos es de verdad una muestra de poemas, no de poetas, ¿qué sentido tiene colocar antes de cada poema una foto de su autor y hasta sus nombres y apellidos? Darle rostro a Daniel de Juanes más bien confirma que la muestra es de poetas, no de poemas, y que la intención del antologador es descalificar a los creadores exhibiendo sus creaciones menos afortunadas.
Pero si Daniel de Juanes no existe, ¿quién escribió "La consentida del barrio"? Difícil averiguarlo. En todo caso, el poema se había publicado antes en el número 38 de
Alforja (otoño de 2006) y en
La luz que va dando nombre, antología de poetas jóvenes de México publicada por Alí Calderón, Antonio Escobar, Jorge Mendoza y Álvaro Solís en 2007. Tanto en los últimos números de
Alforja como en
La luz que va dando nombre se reflejan los intereses, gustos, disgustos, amistades, enemistades, filias y fobias del grupo identificado con
Círculo de Poesía, revista digital de literatura. Ello, sin embargo, no basta para sostener que Daniel de Juanes haya sido un invento de Bojórquez, Calderón o cualquier otro miembro, socio, cómplice, colaborador o amigo del grupo referido.
Hay un dato que, sin embargo, debe tenerse bien presente. Hace casi tres años, el 9 de marzo de 2009, varios poemas burlescos -todos ellos altamente ofensivos- fueron distribuidos entre poetas, editores y críticos del medio literario nacional en un mínimo de cinco mensajes de correo electrónico. Aquellos poemas, en aquellos mensajes, eran atribuidos a Daniel de Juanes (a excepción de uno, que algún tiempo después apareció en
Círculo de Poesía firmado por otro poeta presumiblemente falso). Eran poemas con dedicatoria; sus víctimas eran David Huerta, Raúl Dorra, Julián Herbert, Gerardo Lino, Víctor Baca y Julio Eutiquio Sarabia. Justo es decir que tres de los poemas enviados en marzo de 2009
ya se habían publicado en mayo de 2008, poco después de que Alí Calderón exigiera que Armando Pinto, director de la revista
Crítica, y Julio Eutiquio Sarabia, subdirector, abandonaran sus cargos y permitieran que otros miembros de la Universidad Autónoma de Puebla (de preferencia el propio Calderón, como en seguida sugirió Bojórquez, entrevistado por un diario poblano) tomaran el mando de la revista.
De los poemas distribuidos aquel 9 de marzo, el único enviado sin firma (y, por lo tanto, sin la firma de Daniel de Juanes, aunque sí desde la misma dirección y a la misma hora) es una letrilla titulada "Ernesto Lumbreras, ¿poeta?" que habría de renacer un año y medio después, a fines de 2009. Cuando ese poema fue publicado en
Círculo de Poesía el "autor" fue un tal Bulmaro Higuera. Entonces, ante las acusaciones de homofobia presentadas por Heriberto Yépez contra ese poema, contra sus eventuales autores y contra la revista que lo divulgó, Alí Calderón aseguró: "Un Bulmaro Higuera, vía e-mail, nos ofreció ese texto" (
Laberinto, suplemento literario de
Milenio, 14-XI-2009). La verdad es que veinte meses antes el poema de Bulmaro Higuera ya circulaba en otro mensaje de correo electrónico (recibido, entre otras personas, por Bojórquez y Calderón) como es verdad también que ni Bulmaro Higuera ni Daniel de Juanes aparecen como autores de otros poemas en la red o en catálogos de bibliotecas más o menos fiables. Es elemental concluir que Daniel de Juanes y Bulmaro Higuera son poetas imaginarios creados para enmascarar al verdadero autor o a los verdaderos autores de sus respectivos poemas.
Llego al fin de mi nota con este apunte personal: yo tuve una vez una pequeña discusión con Daniel de Juanes. Fue, cómo no, por correo electrónico. El tema de la discusión fue uno de sus poemas burlescos. Me dijo: "Tengo nombre, Daniel de Juanes, e identidad respaldada por el IFE". Me dijo: "Vine por un poco de justicia".
IFE más, IFE menos, yo sigo creyendo que Daniel de Juanes no es nadie. No era nadie antes de que lo bautizaran con una botella de
bourbon, en todo caso. En inglés, Jack es el mote de John, y John equivale a Juan, mientras que la preposición
de y la terminación
-es bien pueden remitir a la terminación inglesa
's. Juan de Danieles, Daniel de Juanes: Jack Daniel's. Apuesto su máscara contra la cabellera de Destroyer a que así es.